No odies al jugador, odia el juego.

La indiferencia sistémica no hará la diferencia. (#Día73)

En mi fraternidad, año tras año, semestre tras semestre, era costumbre entrevistar a todos los miembros asociados («novatos»). Estas entrevistas consistían en una serie de preguntas sobre los antecedentes e intereses de esa persona. La penúltima pregunta, para todas y cada una de las entrevistas, es «¿cuál es su cita favorita?»

En el transcurso de mis cuatro años en la Fraternidad, todas y cada una de las veces respondí con la misma cita para esta pregunta; «No odies al jugador, odia el juego».

Suena tan simple, pero no podría ser más aplicable a nuestra vida diaria. Es muy fácil enfadarse o sentir celos de personas concretas por trabajar duro, por estar en una situación vital mejor que la tuya o por tener cosas que tú no tienes.

La realidad es esta: en lugar de odiar a esos individuos, tiene más sentido cuestionar el sistema subyacente. Cuestionar las reglas, las relaciones, las estructuras de grupo, las promesas y las sanciones, que posteriormente producen las reglas que ves, resultará mucho más fructífero y proporcionará una visión mucho más profunda de las realidades del mundo que simplemente enfadarse con un individuo.

El jugador no debe tener la culpa. Están (con suerte) jugando dentro de las reglas socio-culturales-económicas-legales. Recuerda que esto se aplica a todo, desde la búsqueda de empleo hasta el comercio de acciones, o incluso el enganche. No se trata de las personas individuales – se trata del juego, el que se establece detrás de las cortinas, el truco en el que todos nos engañamos a nosotros mismos.

La próxima vez que te enojes con alguien, ten esto en mente.

#Día73 , #100DíasDeBlogging

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