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Qué esperar antes y después de la ablación

Antes del procedimiento, se suelen realizar imágenes cardíacas especiales con tomografía computarizada (TC) o ecocardiografía para evaluar la ubicación de las cicatrices, si las hay, en el corazón. Inmediatamente antes del procedimiento, se puede realizar un ecocardiograma transesofágico para excluir la presencia de coágulos de sangre en el corazón. Además, la ecocardiografía ayuda a evaluar la función general de bombeo del corazón. La resonancia magnética (RM) está tradicionalmente contraindicada en pacientes con un DCI, pero puede realizarse en centros experimentados bajo estrecha supervisión.

Se toman precauciones para evitar la formación de coágulos de sangre antes, durante y después de la ablación. Durante el procedimiento, se administra un anticoagulante intravenoso llamado heparina. Después de la intervención, muchos pacientes seguirán tomando warfarina, un anticoagulante oral, durante un mes para evitar la formación de coágulos mientras el corazón se recupera de la ablación. A menudo se utiliza un anticoagulante inyectable de acción corta, conocido como «heparina de bajo peso molecular», durante los primeros días, ya que la warfarina necesita entre 5 y 10 días para ser completamente eficaz.

El procedimiento suele realizarse bajo sedación profunda o anestesia general para minimizar las molestias y el movimiento del paciente. Los catéteres se introducen a través de puertos intravenosos, o vainas, colocados en las venas de la ingle, y a veces a través de una vena en el lado del cuello. Para acceder al ventrículo izquierdo, se puede utilizar una aguja para crear una pequeña punción en la pared entre el lado derecho y el izquierdo del corazón bajo la guía de una ecografía (denominada cateterismo transeptal). También puede introducirse un catéter en el corazón a través de una arteria de la ingle (similar a los procedimientos de cateterismo cardíaco). El catéter de ablación se desplaza por el ventrículo y se crea una imagen virtual tridimensional del corazón con un sistema de mapeo informático que actúa como un sistema GPS (Fig. 2). La ubicación del catéter se determina mediante fluoroscopia (rayos X) y este sistema de mapeo. Normalmente, el procedimiento dura de 3 a 6 horas.

Mapeo de la TV

Un mapa tridimensional en tiempo real del ventrículo (creado durante el procedimiento), fusionado con un TAC (obtenido antes del procedimiento). La imagen muestra el ventrículo izquierdo (cámara inferior del corazón) y la aorta (la arteria mayor que recibe la sangre bombeada por el corazón) y los vasos sanguíneos de la superficie del corazón. Las zonas de color púrpura representan el músculo cardíaco normal con una tensión normal registrada en el mapeo de contacto. Las zonas de color azul, amarillo y rojo representan un miocardio anormal representado por un voltaje progresivamente menor, respectivamente, indicativo de cicatriz. Una vez que se identifica una zona de cicatriz, la ablación se centra dentro y alrededor de esta región. Los puntos blancos son las zonas en las que se realiza la ablación dentro de la cicatriz.

En algunos casos, el médico determina que la taquicardia ventricular puede originarse en un circuito de la superficie externa del corazón, o epicardio. Si este es el caso, se realiza una punción en el saco, o pericardio, que rodea al corazón, justo por debajo del esternón. Esto permite introducir el catéter de ablación y maniobrar dentro del pericardio para determinar si la TV se origina allí. Si un paciente tiene antecedentes de cirugía a corazón abierto, puede ser necesaria una pequeña incisión quirúrgica para acceder al pericardio debido a la presencia de tejido cicatricial que puede hacer que el pericardio se adhiera al corazón. Estos procedimientos para acceder al epicardio suelen realizarse en centros con gran experiencia.

Después, se retiran los catéteres, pero se dejan las vainas hasta que desaparezca el efecto del anticoagulante. Normalmente, esto requiere que el paciente permanezca inmóvil durante varias horas para evitar el sangrado de los lugares de punción. Pueden producirse ligeras molestias y hematomas en la zona de la ingle, y algunos pacientes experimentan un leve dolor torácico autolimitado debido a la inflamación causada por las lesiones de ablación. Cuando el procedimiento tiene éxito, los medicamentos antiarrítmicos pueden suspenderse a discreción del médico.

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