Todos conocemos el sonido antinatural de una paloma. El arrullo. Esa especie de suave vibración que resuena bajo el puente del ferrocarril. Sin embargo. Un hecho poco conocido es que la palabra COO no se deriva del sonido que hace una paloma. En realidad es un acrónimo del protocolo que gestiona la transferencia inalámbrica de datos de vigilancia. Es la Comunicación de Observaciones. Nuestros drones urbanos esclavizados pasan la mayor parte del día grabando y procesando datos internamente. Las últimas cámaras de las palomas graban ahora en 4K con audio completo. Están creando más de 100 GB de contenido en bruto cada día. Estos archivos se están haciendo tan grandes que cada dron tiene que filtrar y comprimir sus datos de vigilancia antes de poder transmitirlos de forma inalámbrica. Esto se hace mediante la reciente incorporación de un software de reconocimiento de imágenes que filtra eventos específicos que pueden ser de interés para el gobierno. Ahora la paloma activa el COO. Parece que entra en un estado de inconsciencia para la transferencia. El avión no tripulado se sentará y se hinchará en una forma más redondeada para lograr la estabilidad. Permanecerá inmóvil hasta 20 minutos mientras se suben los datos de vigilancia a la red. #palomasarentreal
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