Los roedores, curiosamente, no pueden vomitar. Aunque los científicos y los gestores de plagas lo saben desde hace años, acaban de descubrir por qué. LiveScience explica los hallazgos de un grupo de neurocientíficos del Instituto del Cáncer de la Universidad de Pittsburgh, que fueron publicados por primera vez en la revista PLoS One.
En primer lugar, los investigadores querían averiguar si este singular rasgo se da en todos los roedores. La razón por la que el veneno para ratas funciona tan bien es que las plagas no pueden vomitar el veneno, pero la mayoría de la gente no va por ahí envenenando musarañas, chinchillas y castores. Los investigadores seleccionaron especies de los tres principales grupos de roedores del reino animal, incluyendo roedores relacionados con los ratones, roedores relacionados con las ardillas y roedores relacionados con las cobayas. Dieron a todos los animales fármacos para inducir el vómito, pero sin ningún efecto.
Confirmada la ausencia universal de vómitos, decidieron llegar al fondo de esta característica de los roedores investigando la fisiología y la neurología de los animales. Charles Choi, colaborador de LiveScience, explica:
Descubrieron que los roedores tenían restricciones corporales que limitaban la cantidad de vómito, incluso si podían intentarlo. Esto incluía la reducción de la musculatura del diafragma, la delgada hoja de músculo que se encuentra debajo de los pulmones, así como un estómago que no está bien estructurado para mover el contenido hacia la garganta.
Los investigadores también investigaron los sistemas cerebrales de ratones y ratas de laboratorio. Cuando se les administraron compuestos que normalmente desencadenan las náuseas en otros animales, los investigadores observaron una menor actividad de los nervios, la boca, la garganta y los hombros normalmente relacionada con los vómitos. Esto sugiere que carecen de los circuitos cerebrales para vomitar.
La mayoría de los mamíferos vomitan, señala Choi, por lo que los roedores son la excepción a la regla. Los científicos creen que lo más probable es que estos pequeños peludos hayan perdido su capacidad de vomitar en algún momento de la historia evolutiva en favor de otras estrategias defensivas.
Por ejemplo, las respuestas de los roedores al gusto pueden hacer que eviten mejor las toxinas que pueden enfermarles o matarles. Los roedores también comen arcilla cuando están enfermos, lo que aparentemente puede adherirse a materiales peligrosos y evitar que sus cuerpos los absorban, dijo.
Por cierto, los caballos tampoco vomitan. USA Today explica por qué no:
Los caballos tienen una banda muscular alrededor del esófago cuando éste entra en el estómago. Esta banda funciona en los caballos igual que en los humanos: como una válvula de un solo sentido. La comida pasa libremente por el esófago hacia el estómago cuando la válvula se relaja, pero la válvula aprieta la abertura y corta el paso para que la comida vuelva a subir.
Los caballos, sin embargo, se diferencian de nosotros porque su válvula realmente funciona. Los humanos pueden vomitar. Los caballos casi físicamente no pueden debido al poder del músculo de la válvula de corte.
Normalmente, concluye USA Today, si un caballo vomita, es porque su estómago se ha roto completamente, lo que a su vez significa que el pobre caballo pronto estará muerto.
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