Con sus alas ligeramente inclinadas, el enorme Ángel del Norte se ha erigido como un abrazo a su país, elevándose sobre Gateshead y saludando a 90.000 rostros que lo miran cada día.
Desde su instalación en 1998, el Ángel del Norte ha pasado de ser un paria local a uno de los símbolos más reconocidos del Reino Unido. Con su estatura como icono de Inglaterra y teniendo en cuenta su tamaño, el reconocimiento y la aceptación podrían haber sido el único camino para el gigantesco monumento.
Diseñado y creado por Antony Gormley, el Ángel del Norte tiene una enorme altura de 66 pies y extiende sus alas hasta una longitud de 180 pies. Debido a su posición en una ladera, la construcción del Ángel fue una pesadilla logística. La estatua debía soportar vientos de 100 millas por hora, por lo que necesitaba cimientos de hormigón a 70 pies de profundidad. En total, los cimientos pesan 600 toneladas y soportan suficientemente la increíble estatua de 200 toneladas.
Alzándose en rojo brillante sobre la ladera, la enorme estatua no pasa desapercibida desde la carretera. Durante su construcción, ésta fue una de las mayores preocupaciones de la comunidad. Muchos vecinos temían que los conductores miraran la estatua e ignoraran la carretera mientras conducían, provocando accidentes de tráfico a lo largo de la carretera A1. El temor a los accidentes de tráfico y las preocupaciones financieras por su coste millonario, financiado por el Estado, dieron lugar a agrias disputas en torno a la estatua, y provocaron que el proyecto tardara cuatro años en completarse.
Sin embargo, 13 años después de su construcción inicial, el Reino Unido ha devuelto el poderoso abrazo del Ángel y la estatua es ahora muy querida en toda la nación.