La Biblia menciona el oro muy temprano dentro de sus páginas. El Jardín del Edén tenía un río que salía de él y que alimentaba otros cuatro cursos de agua importantes (el Pishon, el Gihon, el Tigris y el Éufrates, Génesis 2:10 – 14). El Pishon desembocaba en una tierra llamada Havilah, donde había grandes cantidades de oro de alta calidad (versículo 11).
Hay siete palabras hebreas (el siete es un número que simboliza la perfección) en el Antiguo Testamento que se utilizan para referirse al oro. La palabra más utilizada es Zahab (Concordancia de Strong #H2091). Proviene de una palabra raíz que significa brillar o resplandecer. Paz (#H6337), se refiere al mineral en su estado puro o refinado y a veces se refiere a la pureza y gloria espiritual. Betser (#H1220), que sólo se encuentra en Job 22, se refiere al oro cuando se rompe.
Charuts (Strong’s #H1220) se utiliza para referirse al oro cuando se pica o se corta en pedazos. Kethem (#H3800) se refiere al metal que está en un estado tan puro como el que se extrajo originalmente. Sagar (#H5462), que sólo se encuentra en Job 28, se refiere al metal como sólido. Por último, Dehab (#H1722), que sólo aparece en los libros de Daniel y Esdras, es otra referencia al oro.
El oro, en tiempos bíblicos, se valoraba muchas veces por su peso utilizando una unidad de medida conocida como Talento. Un talento pesaba unas 75 libras estadounidenses o 34,3 kilogramos, lo que equivale a 1.094 onzas troy. Si asumimos un precio del oro de 1.500 dólares por onza troy, un talento valdría 1.639.500 dólares.
Según el Consejo Mundial del Oro, las mejores estimaciones disponibles sugieren que la cantidad total del metal precioso extraída en la historia de la humanidad (hasta el año 2009) es de aproximadamente 165.600 toneladas métricas. Según el Consejo, el 75% de todo este metal que se ha extraído se ha extraído desde 1910 d.C.
Asombrosamente, el libro profético del Apocalipsis se refiere al oro nada menos que veintidós veces. Desempeñará un papel importante en los acontecimientos del Fin de los Tiempos. Tres veces se hace referencia a siete candelabros hechos de este metal (1:12, 1:20 y 2:1). Jesús, en una visión, reveló las profecías del libro a Juan vestido con un cinturón o banda hecha del metal (1:13). Otras referencias en este libro profético incluyen Apocalipsis 4:4, 5:8, 8:3, 9:7, 9:20, 14:14 y 17:3 – 5 (que hace referencia a una mujer montada en una bestia).
Por último, el uso final del oro en la Biblia ocurre cuando Dios crea un NUEVO cielo y una NUEVA tierra. Él personalmente hará una nueva Jerusalén, completa con calles compuestas del raro mineral, y la bajará del cielo a una nueva tierra para que pueda morar con la humanidad para siempre (Apocalipsis 21).