Si has estado pendiente de todo el revuelo que se ha montado en torno al BDSM durante la antesala del estreno de Cincuenta Sombras Liberadas el 9 de febrero, entonces es probable que hayas aprendido mucho sobre la dominación, la sumisión y el encanto de liberar el control.
Sin embargo, hay una gran parte de esta práctica sexual que falta en la imagen – especialmente teniendo en cuenta que nunca aparece en los libros de Cincuenta Sombras. Después de guardar los látigos y deshacer las ataduras, es el momento de la parte de cuidados posteriores del juego BDSM.
Los cuidados posteriores tienen que ver con los mimos y los cuidados.
Los cuidados suelen centrarse en el sumiso (la persona que recibe los estímulos durante una escena BDSM) pero también pueden realizarse para el Dom. Se trata tanto de la comodidad física como del apoyo emocional. Las secuelas de una escena larga e intensa pueden ir desde cortes y moratones, hasta ansiedad y malestar tras la bajada de una intensa oleada de endorfinas. Por ello, es esencial dedicar tiempo a los cuidados.
El primer paso en los cuidados posteriores es trasladar cuidadosamente a la pareja que está siendo mimada a un entorno cálido y acogedor. El estado de ánimo de la pareja durante el juego BDSM no siempre se ajusta a la realidad. Por esa razón, las caricias suaves y los susurros de elogios positivos ayudan a devolver lentamente a la persona a la realidad sin que su sistema sufra un shock.
Los cuidados posteriores también pueden incluir la desinfección, la aplicación de ungüentos y el vendaje de los recuerdos físicos que quedan de una escena. También es común ofrecer comodidad a los participantes proporcionándoles agua y comida.
En última instancia, el propósito de los cuidados posteriores es asegurar que todas las partes involucradas dejen la escena en un estado mental positivo.
El cuidado posterior puede durar tanto como las actividades BDSM en sí, pero a veces puede durar incluso más. No es raro reclutar a un amigo de la comunidad BDSM o contratar a un profesional para que sea el cuidador de los miembros de una escena.
Aunque no tiene la misma energía sexy que el juego real, el cuidado posterior es igual de importante para la experiencia BDSM. Si planeas incursionar en este tipo de erotismo, no pienses que puedes pasar por alto este paso esencial. Recuerda que el dolor y el placer son más satisfactorios con un poco de mimo en la mezcla.
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