A principios de 2018, con el afán de dotar de equipos de seguridad de última generación a los deportes ecuestres, salió a la venta en Estados Unidos un casco que incluye el sistema MIPS (Multi-Directional Impact Protection System). La capa de baja fricción, más conocida como Sistema de Protección Cerebral MIPS permite un movimiento de deslizamiento de 10 a 15 mm, (un poco menos que el ancho de un centavo) en todas las direcciones, reduciendo el movimiento de rotación al cerebro durante un impacto. Esta capa de baja fricción se encuentra entre la espuma EPS (poliestireno expandido) y las almohadillas que hacen contacto con la cabeza del usuario. El sistema de protección cerebral MIPS es una capa de seguridad adicional que permite absorber y redirigir la fuerza de rotación en lugar de transmitirla al cerebro durante el impacto.
MIPS Explained – No subtitles from MIPS Brain Protection System on Vimeo.
Esta tecnología de vanguardia fue desarrollada por investigadores científicos y médicos de Estocolmo, Suecia, con el objetivo de diseñar un producto que hiciera más seguros los cascos. En 1995, el neurocirujano Hans von Holst empezó a estudiar cómo se construían los cascos, lo que le llevó a empezar a investigar sobre la prevención de lesiones en la cabeza y el cuello. Formando equipo con Peter Halldin, que fue el primero en recibir su doctorado en biomecánica de las lesiones de cabeza y cuello, cada uno de ellos dedicó su experiencia al objetivo de comprender el panorama completo desde el accidente hasta la posible lesión. El primer prototipo de casco equipado con MIPS se probó en la Universidad de Birmingham en 2000 y dio lugar a la primera publicación científica en 2001, en la que se mostraba que el MIPS podía reducir significativamente la aceleración rotacional. Aunque esta tecnología puede ser nueva para los cascos de equitación en el mercado estadounidense, MIPS ha utilizado con éxito su sistema de protección cerebral para prevenir lesiones con cascos de bicicleta, esquí y motocross en Estados Unidos antes de expandirse a la industria ecuestre a principios de este año.
Un estudio realizado en 2018 por la compañía de seguros sueca, Folksam, probó 15 cascos ecuestres en el mercado sueco y demostró que los cascos que contenían MIPS tenían un rendimiento significativamente mayor que los cascos sin esta tecnología. Hasta hace poco, los cascos de equitación se han probado tradicionalmente evaluando los impactos verticales (por ejemplo, la caída directa sobre la cabeza). El estudio Folksam probó lo que ocurre cuando una caída se produce con un impacto oblicuo (o en ángulo), ya que es poco frecuente caerse verticalmente. La tecnología MIPS está diseñada para reducir el riesgo de traumatismo craneoencefálico durante los impactos con fuerza angular, lo cual es esencial para prevenir las lesiones en la cabeza debidas a una caída. (Lee nuestro blog sobre el Estudio Folksam)
En febrero de 2018, Trauma Void, LLC se propuso lanzar una evolución del casco, con el objetivo de proporcionar seguridad a un coste asequible. Estos cascos incorporan el sistema de protección cerebral MIPS y cuentan con la certificación ASTM-SEI. Conoce más sobre ellos aquí.