Limpieza in situ
La limpieza in situ (CIP) existe desde hace aproximadamente 50 años, y se utiliza comúnmente en industrias críticas para la higiene, como la alimentaria, la de bebidas y la farmacéutica, para limpiar una amplia gama de plantas. La limpieza in situ hace referencia al uso de una mezcla de productos químicos, calor y agua para limpiar la maquinaria, los recipientes o las tuberías sin necesidad de desmontar la planta. El proceso puede ser de un solo paso, en el que todo va al desagüe, o de recuperación, en el que se recicla la mayor parte del líquido. En general, la limpieza in situ puede ser una forma muy eficaz de limpiar.
¿Qué es la limpieza in situ?
Los principios de la limpieza in situ pueden aplicarse a cualquier industria y planta en la que la higiene sea fundamental, y el proceso suele ser parte integrante de cualquier planta automatizada. El aumento de la legislación en materia de salud y seguridad hará que la limpieza in situ sea más común, lo cual es positivo porque una superficie brillante en el exterior de la planta no es garantía de limpieza en el interior.
La limpieza in situ se ocupa principalmente de la eliminación de la suciedad: la suciedad es todo lo que no debería estar presente en un recipiente limpio. La suciedad puede provocar manchas y a menudo se puede oler. Puede ser visible (sarro, cuerpos extraños) o invisible en forma de bacterias, como E Coli, o esporas de levadura. El tiempo necesario para eliminar la suciedad es de al menos 15 minutos utilizando un producto químico adecuado (la potencia depende del proveedor del producto químico y del producto) a temperaturas superiores a 50 grados C, pero no superiores a 75 grados C, ya que no se obtienen ventajas por encima de esta temperatura.
Agentes de limpieza
Los productos químicos más utilizados para la eliminación de la suciedad son la sosa cáustica, los ácidos fosfórico y nítrico, el hipoclorito de sodio (Hypo) y el ácido peracético (PAA). La sosa cáustica es un álcali que suele utilizarse en un volumen del 0,5% al 2%. Reacciona con las grasas del suelo y lo ablanda para su eliminación. Un inconveniente es que la sosa cáustica no es eficaz para eliminar las incrustaciones. Además, a menudo se añaden secuestrantes para mantener la suciedad en solución.
Los ácidos fosfórico y nítrico se utilizan en las fórmulas de los detergentes para eliminar las incrustaciones, a menudo a temperaturas más bajas que el cáustico. Estos ácidos deben utilizarse con cuidado, ya que pueden atacar las juntas de las válvulas y las bombas. Suelen utilizarse en las lecherías durante una semana de cada 6 para eliminar las incrustaciones de la leche, y pueden utilizarse después de la puesta en marcha para eliminar los restos de la instalación.
El hipoclorito de sodio (Hypo) ofrece la ventaja de un coste muy bajo. Se utiliza principalmente para la desinfección porque su capacidad de eliminación de la suciedad es pobre. El ingrediente activo de Hypo es el cloro (lejía). Éste puede corroer el acero inoxidable en altas concentraciones y ataca a las juntas y al personal. También se mancha si no se aclara; y es peligroso si se mezcla con ácido, formando gas de cloro, que es venenoso.
El APA es una mezcla de equilibrio de ácido acético y peróxido de hidrógeno. Es un potente agente oxidante con una capacidad de oxidación superior a la del hipoclorito de sodio y el dióxido de cloro, y es comparable a la capacidad de oxidación del ozono. Se ha informado de que el PAA a 75 mg/L mata con éxito el 100% de una población de levaduras o bacterias de 10(7) células/ml en 30 segundos.