La palabra «evaluación» puede sonar intimidante, especialmente para los padres y los niños que nunca han experimentado una evaluación logopédica pediátrica. Puede haber aprensión al no saber qué esperar cuando algo es nuevo. En realidad, una evaluación para la terapia no es intimidante ni da miedo. Este artículo pretende explicar cómo es una evaluación típica de logopedia para aliviar cualquier posible ansiedad.
Antes de la evaluación de logopedia, es probable que reciba documentación para rellenar sobre la historia de su hijo, sus preocupaciones y la información del seguro. A menudo se le envía con antelación para que pueda rellenarla con tranquilidad y llevarla completada a la evaluación para que tenga menos preocupaciones el día de la misma. Esta información pretende ayudarle a entender mejor los beneficios de su seguro con respecto a la terapia, para permitirle expresar las preocupaciones que tiene para su hijo, y le da al terapeuta información valiosa para guiar su evaluación.
En la clínica
Cuando llegue a la clínica, el terapeuta del habla le saludará a usted y a su hijo. A veces se necesitan unos minutos (¡y quizás un juguete o dos!) para que su hijo se adapte al terapeuta. La mayoría de las veces, los niños están entusiasmados por jugar con juguetes nuevos y no tienen problemas para separarse de sus padres. Es importante que el terapeuta tenga tiempo a solas con su hijo para empezar a crear la vital alianza terapéutica que le ayudará a mejorar más rápidamente. Este tiempo a solas también permite al terapeuta ver lo que el niño puede hacer sin que quiera depender de sus padres.
Una vez que el terapeuta lleva a su hijo a la sala de terapia, comienza la evaluación formal de logopedia. El logopeda habrá elegido con antelación una herramienta de evaluación formal estandarizada basada en el diagnóstico y las preocupaciones que presenta. Si su hijo tiene problemas con los sonidos del habla, el terapeuta suele comenzar la evaluación con un examen del mecanismo oral. Esto significa que examinará las estructuras que intervienen en la producción de los sonidos del habla (labios, dientes, lengua, paladar, etc.) y tomará nota de cualquier dificultad y/o anomalía. Se trata de un examen externo rápido y no invasivo. A veces los niños tienen un tono bajo o aumentado, un frenillo lingual corto (la «corbata» que sujeta la lengua al fondo de la boca) u otros factores físicos que pueden contribuir o ser responsables de los déficits del habla.
Después del examen del mecanismo oral, se suele administrar una evaluación formal. Para los errores en los sonidos del habla, la prueba consiste en hacer que el niño nombre imágenes mientras el terapeuta transcribe los sonidos del habla del niño utilizando la fonética. En el caso de los problemas de lenguaje receptivo y expresivo, la prueba consiste en situaciones estructuradas con preguntas específicas dirigidas a las habilidades lingüísticas utilizando juguetes y materiales para mantener al niño ocupado. La fluidez y el lenguaje pragmático también pueden evaluarse mediante pruebas estandarizadas. Independientemente de la habilidad, la prueba se elegirá en función de la edad de su hijo, las preocupaciones que presente y el nivel de habilidad.
A lo largo de la evaluación, el logopeda también evalúa informalmente a su hijo mediante la observación y el juego. Muchas habilidades del habla y del lenguaje pueden observarse a través de una actividad sencilla, como hacer rodar una pelota de un lado a otro o jugar con comida de mentira. Si es necesario, el terapeuta también utiliza la entrevista con los padres para obtener más información sobre las habilidades del niño.
Después de la evaluación
Una vez terminada la evaluación formal, el terapeuta le llevará a su hijo. Los siguientes 10-15 minutos se dedican a discutir los resultados preliminares de la evaluación. En este momento, el terapeuta podrá decirle si hay retrasos en el habla y/o el lenguaje de su hijo, y cuál debe ser el siguiente paso. A veces, el siguiente paso consiste en realizar más pruebas, mientras que otras veces es conveniente iniciar sesiones de terapia especializada. Cada niño es diferente, por lo que la evaluación y los planes de terapia se basan en las habilidades y necesidades de cada niño y en los deseos de los padres.
Tenga cuidado con un terapeuta que no discuta los resultados de la evaluación con usted ni le incluya en la decisión de las prioridades. La familia es una parte importante de un programa terapéutico exitoso y usted es crucial para el éxito de su hijo en la terapia. Si cree que los resultados de la evaluación no coinciden con las habilidades y necesidades de su hijo, consulte a otro terapeuta para obtener una segunda opinión.
Si tiene alguna duda sobre la evaluación, antes, durante o después de la cita, ¡no dude en ponerse en contacto con su terapeuta o clínica terapéutica si tiene preguntas!
Contribuido por: Rachel Jacob, CCC-SLP