¿Qué nos enseña el experimento de la «cara quieta» sobre la conexión?

Los humanos nacen preparados para la conexión. La forma en que somos criados tiene efectos a largo plazo y continuos en nuestro funcionamiento. Los efectos de nuestra vida temprana pueden desencadenar una cascada de cambios genéticos, cognitivos, sociales y físicos que pueden tener consecuencias positivas o negativas para toda la vida. El experimento de la «cara quieta» es un poderoso estudio que demuestra nuestra necesidad de conexión desde muy temprano en la vida. Este experimento fue desarrollado por el Dr. Ed Tronick en los años 70. El experimento de la cara quieta permite comprender cómo las reacciones de los padres pueden afectar al desarrollo emocional del bebé. En los primeros años de nuestra vida aprendemos sobre las reacciones de los demás y cómo nuestro comportamiento puede afectar a los demás. Este experimento nos da una idea de cómo es cuando no se produce la conexión.

Reacción del bebé al experimento de la cara quieta.

Este experimento consiste en que un bebé y sus padres (en este caso la madre) se sientan uno frente al otro. La madre comienza jugando con su bebé, sonriéndole y hablándole. A continuación, la madre se aparta. El siguiente paso es que la madre muestre una cara inmóvil o una falta de respuesta a su bebé durante 2 minutos. Después de la parte del experimento con la cara quieta hay una reparación cuando la madre vuelve a la normalidad y vuelve a jugar y hablar con su bebé. Lo interesante de este experimento no son las acciones de la madre, sino la reacción de su bebé. Se empieza viendo a un bebé feliz y sonriente que se relaciona con su madre. El bebé hace movimientos y sonidos para comunicarse con su madre y responde a las interacciones de su madre con ella.

Una vez que comienza la parte de la cara fija del experimento, el bebé al principio parece confundido. Intenta utilizar todas sus habilidades para iniciar una respuesta de su madre. Los bebés están limitados en cuanto a los tipos de sonidos y movimientos que pueden hacer, y se ve que el bebé en este vídeo utiliza una serie de formas para intentar llamar la atención de su madre. Mira alrededor de la habitación, intenta sonreír y luego señalar. Como sus intentos de conexión siguen siendo ignorados por su madre, se ve que empieza a mostrar angustia y frustración. Empieza a llorar y luego a chillar. Los bebés en este experimento suelen perder el control postural. Su sistema nervioso central se ve tan abrumado que se derrumba físicamente. Este bebé también se muerde la mano, lo que puede ser un intento de autoconsuelo. Este bebé se disuelve emocionalmente y puede ser incómodo observar su angustia. Hacia el final del experimento, el bebé se vuelve retraído y desesperado y ya no intenta llamar la atención de su madre.

Después de la parte del experimento con la cara quieta, cuando la madre vuelve a interactuar con el bebé. Se puede ver la alegría del reencuentro y el alivio es evidente. El bebé es capaz de regular rápidamente sus emociones una vez que la madre vuelve a estar presente y el juego se reanuda con facilidad. La cara de quietud es un ejemplo de los sucesos cotidianos que todos los padres experimentan cuando tienen que terminar de cocinar la cena o atender a otro niño. Tener un padre que no responde no es un problema si ocurre en dosis cortas, sin embargo, si ocurre durante períodos más largos puede tener un impacto perjudicial en el desarrollo del bebé.

Padres sois igual de importantes
Este vídeo demuestra que los bebés reaccionan con la misma intensidad a la «cara de quietud» de sus padres. Los bebés demuestran los mismos comportamientos buscando la conexión con su padre que con sus madres. A menudo se deja de lado a los padres en este tipo de investigaciones y es importante que los padres comprendan lo importantes que son en la vida de sus hijos.

¿Qué pasa con las relaciones románticas?
Este vídeo utiliza actores, pero no es un escenario poco común en la terapia de pareja. Se puede ver que uno de los miembros de la pareja muestra menos reacción y conexión emocional. Se puede ver que la esposa está utilizando comportamientos similares a los mostrados por los bebés en los clips anteriores para conseguir una reacción de su marido. Intenta desesperadamente relacionarse con él emocionalmente.

Entonces, ¿qué muestra el experimento de la «cara quieta»?
La «cara quieta» demuestra lo vulnerables que somos todos a las reacciones emocionales o no emocionales de las personas cercanas. Demuestra cómo los bebés que apenas están aprendiendo sobre su mundo relacional intentan lograr la conexión. Antes se pensaba que los bebés eran incapaces de entender las emociones. Sin embargo, en este experimento tienen una clara reacción a la falta de conexión emocional de sus madres y padres. Incluso los bebés más pequeños han demostrado que pueden responder a las emociones de los adultos que los cuidan. Los bebés no sólo son capaces de responder pasivamente a las interacciones de los adultos, sino que también participan activamente y dan forma a la interacción social con los adultos en sus vidas.

En este escenario, se ha discernido un patrón con respecto a una serie de etapas y reacciones comunes. Éstas se producen en seres humanos de todas las edades que buscan una conexión emocional. La primera etapa es el alcance, que generalmente es un movimiento físico de los brazos hacia afuera. La segunda etapa, la protesta, es un intento de involucrar a la otra persona con la emoción para obtener una reacción. La tercera etapa es el alejamiento, cuando el bebé está tan abrumado tratando de obtener una reacción, que mira alrededor de la habitación o se aleja de los padres. La cuarta etapa supone un último esfuerzo para conseguir una conexión y suele implicar una angustia visible. Esto ocurre porque el bebé está tan desregulado y desesperado por conseguir una conexión, que utiliza el único medio que tiene para comunicarse, que suele ser el llanto. La etapa final consiste en que el bebé deja de intentar obtener una reacción emocional del progenitor. En una relación sana se produce una reconexión, tal como se muestra en los vídeos, y esto lleva a la capacidad de reparar el daño que se ha producido en la relación.

¿Y si la «cara de quietud» se produce durante un largo período?
Hay muchas razones por las que un padre puede tener dificultades para estar emocionalmente presente con sus hijos. Algunos padres tienen lesiones o enfermedades en la cabeza que dificultan las reacciones emocionales adecuadas. Para los padres en situaciones de violencia doméstica puede ser difícil mostrar emociones. El consumo de drogas y alcohol también puede afectar a la disponibilidad emocional y tanto la intoxicación como la resaca resultante pueden embotar la expresión emocional. Los padres que padecen depresiones graves u otras enfermedades mentales también pueden tener dificultades para relacionarse con sus hijos. Los teléfonos también se han convertido en una parte importante de nuestras vidas y no es raro ver a los padres desconectarse de sus hijos mientras usan su teléfono. Si tuviste un padre que no respondía, es posible que tú mismo tengas problemas y repitas este comportamiento con tus propios hijos. ¿Cómo es la vida de los bebés que experimentan los dos minutos de cara quieta durante largos periodos de tiempo? Las investigaciones han demostrado que los niños cuyos padres no responden a sus necesidades tienen más problemas para confiar en los demás, relacionarse con ellos y regular sus emociones.

Preguntas para hacerse:

  • ¿Te cuesta a veces mostrar tus emociones?
  • ¿Te sientes encerrado?
  • ¿Tienes personas en tu vida que te dicen que quieren ver más reacciones emocionales por tu parte?
  • ¿Había emociones que era inaceptable mostrar en su casa cuando era niño?
  • ¿Le resulta difícil comprender las necesidades de su hijo?
  • ¿Está tan agotado o abrumado por la vida que le resulta difícil sonreír o hablar con los demás?

Si eres un padre que lucha por conectar con tu hijo o hay algo que te impide ser receptivo a las necesidades emocionales de tu hijo acudir a un psicólogo de PsychHelp puede ayudarte. Aprender a entender las reacciones y necesidades emocionales de tu hijo puede ayudarte a conectar con él. Si tuviste un padre que tuvo problemas para conectar contigo, esto puede tener un impacto continuo en tu salud mental y en tu bienestar general. Acudir a un psicólogo de PsychHelp puede darte nuevas ideas sobre lo que necesitabas cuando eras un bebé y ayudarte a identificar formas de satisfacer estas necesidades como adulto.

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