La frase «ojos de alcoba» se refiere a una mirada que una persona dirige a otra para sugerir un deseo romántico o sexual. El receptor tiene la sensación de que la persona con esos ojos le está casi hipnotizando para que tenga sentimientos similares. Estos ojos se describen de diversas maneras, pero suelen ser ojos soñadores, sensuales y seductores.
«Ojos de alcoba» es una colocación no literal o semiliteral en la que dos palabras, ‘alcoba’ más ‘ojos’, se han colocado juntas para derivar un tercer significado. En este caso, el significado oculto es un deseo y una invitación a algo más. El dormitorio es el deseo y los ojos hacen la invitación.
La reacción está en los ojos del que mira, literalmente. Esto significa que el fenómeno podría ser una simple cuestión de percepción. La persona a la que le gusta la persona con «ojos de alcoba» está viendo un rasgo atractivo en lugar de una mirada proyectada creada con el fin de llevar al otro a la cama. Esto significa que tener esos ojos es subconsciente y no se puede recrear.
Describir a alguien como que tiene «ojos de alcoba» es atribuirle un aspecto positivo. Esto insinúa que el que mira quiere ver algo positivo en la otra persona y quiere ser seducido por ella; lo que ve reflejado es su propio deseo. Si no quisiera ver «ojos de alcoba», calificaría a la persona de «lasciva» o «sórdida».
Los ojos se han asociado con la transmisión de emociones y deseos internos durante siglos. La ciencia está empezando a entender cómo los ojos reflejan la personalidad de una persona y pueden ser utilizados en el sexo. La Universidad de Orebro, en 2007, analizó los patrones del iris y luego los comparó con los tipos de personalidad y encontró una clara correlación. La Universidad de Melbourne, en 2010, analizó movimientos oculares minúsculos para estudiar hacia dónde mira la gente cuando coquetea. Estos estudios complementan otros sobre el importante papel de los ojos y el contacto visual en la seducción.
La frase ha aparecido como título de una película en la década de 1980. La película de William Fruet trata de un corredor voyeurista que pretende mirar a las mujeres o a una mujer, pero en su lugar es testigo de un asesinato. Bedroom Eyes es también el nombre de un cantante sueco de rock-pop, cuyo nombre real es Jonas Jonsson, que debutó en 2009.