ROMEO: Esta noche he soñado un sueño.
MERCUTIO:Y yo también.
ROMEO: Bueno, ¿cuál fue el tuyo?
MERCUTIO: Que los soñadores suelen mentir.
ROMEO: En la cama dormidos mientras sueñan cosas verdaderas.
MERCUTIO: Oh, entonces, veo que la Reina Mab ha estado contigo.
BENVOLIO: La Reina Mab, ¿qué es ella
MERCUTIO: Ella es la comadrona de las hadas, y viene
En forma no más grande que una piedra de ágata
En el dedo índice de un regidor,
Tirada con un equipo de pequeños atomi
Sobre las narices de los hombres mientras duermen.
Sus radios de carro hechos de largas patas de hilandera,
La cubierta de las alas de los saltamontes,
Sus trazos de la más pequeña tela de araña, (1.4.50-62)
Mercutio relaciona el sueño de Romeo con una visita de la reina Mab, la comadrona de las hadas. La descripción que hace Mercutio de la reina Mab revela que es diminuta y frágil y que su carruaje es casi insustancial, ya que está hecho de alas de insectos y telas de araña. Tal descripción sugiere que los sueños que la reina Mab crea en la mente del durmiente son igual de insustanciales e irreales.
Y en este estado galopa noche tras noche
Por los cerebros de los amantes, y entonces sueñan con el amor;
Sobre las rodillas de los cortesanos, que sueñan con reverencias rectas;
Sobre los dedos de los abogados, que sueñan con honorarios rectos;
Sobre los labios de las damas, que sueñan con besos rectos, (1.4.71-75)
Mercutio continúa su descripción de la reina Mab, la comadrona de las hadas, y su actividad nocturna. Los sueños que trae a los durmientes responden a sus deseos más profundos: amor para los amantes, reverencias para los cortesanos, dinero para los abogados y besos para las damas. Estos deseos de la vigilia se cumplen en los sueños, pero no necesariamente en la vida real. Según Mercutio, la reina Mab llena la cabeza de la gente con cosas que pueden desear, pero estas cosas no son más que fantasías igualmente.
Sobre los labios de las damas, que directamente sueñan con besos,
Que a menudo la furiosa Mab plaga con ampollas,
Porque sus alientos con dulces están manchados.
Algunas veces galopa sobre la nariz de un cortesano,
Y entonces él sueña con oler un traje.
Y a veces viene con la cola de un cerdo diezmado
Haciendo cosquillas en la nariz de un párroco mientras duerme,
Y entonces él sueña con otro beneficio. (1.4.75-82)
La descripción que hace Mercutio de la reina Mab se vuelve más oscura con estas palabras. Revela su lado vengativo, ya que castiga con rabia a las damas con dulces en sus alientos. Y cuenta cómo los deseos de vigilia del cortesano y del párroco encuentran satisfacción en sus sueños codiciosos y avaros. Con sus palabras, Mercutio revela algunos de los vicios que poseen los hombres y las mujeres y que los sueños de la reina Mab no siempre sacan lo mejor de las personas.
Algunas veces ella conduce sobre el cuello de un soldado,
Y entonces sueña él con cortar gargantas extranjeras,
De brechas, ambuscados, cuchillas españolas,
De saludes a cinco brazas de profundidad, y luego
Tambores en su oído, al que se sobresalta y despierta,
Y estando así asustado jura una oración o dos
Y vuelve a dormir. (1.4.83-89)
La descripción que hace Mercutio de la reina Mab se vuelve ahora aún más oscura, ya que explica que el poder del hada crea sueños que evocan un deseo de violencia. Incluso el soldado despierta de esta pesadilla, un sueño que, al final, es tan irreal como todos los demás. Sin embargo, este impulso violento, tal vez creado por la propia Mab, se refleja en Verona y en los jóvenes que están demasiado dispuestos a luchar.
Esta es la misma Mab
Que trenza las crines de los caballos en la noche
Y cuece los elfos en sucios pelos de zorra,
Que una vez desenredados, mucha desgracia presagia.
Esta es la bruja, cuando las doncellas se acuestan de espaldas,
Que las aprieta y las aprende primero a parir,
Haciéndolas mujeres de buen porte.
Esta es ella-
ROMEO: Paz, paz, Mercucio, paz.
Hablas de nada.
MERCUTIO: Es cierto, hablo de sueños,
que son hijos de un cerebro ocioso,
que no tiene más que una vana fantasía,
que tiene tan poca sustancia como el aire (1.4.89-100)
Por último, Mercutio describe el comportamiento mezquino de la reina Mab, utilizando términos feos como asqueroso, zorra, bruja y prensas (fuerzas). Romeo, al ver que Mercutio está alterado, lo detiene y le asegura que no habla de nada, afirmación con la que Mercutio está de acuerdo. Mercutio termina diciendo que, al hablar de la reina Mab y de los sueños -ya sean buenos o malos-, está hablando de cosas frívolas, flacas y sin importancia.