La soledad ya no es solo un concepto abstracto, es un modo de vida. Según el Informe de la Soledad de 2015 de la Fundación ONCE, un 20% de los españoles mayores de 18 años viven solos. Sin embargo, el dato más llamativo es que el 41% de las personas que viven solas lo hacen por obligación. Eso se traduce en que un 7,9% de los españoles mayores de 18 vive solo, aunque no querría hacerlo.
Sin embargo, gran parte del problema no es solo las personas que viven, sino las que se sienten solas . Según una encuesta de la aseguradora Cigna realizada a más de 20.000 estadounidenses, prácticamente la mitad de ellos aseguraba que a veces o siempre se sentían solos o excluidos. Algo que lejos de afectar sobre todo a personas mayores o jubiladas, era un síntoma más preocupante en los jóvenes. De hecho, la generación Z, es decir jóvenes entre 18 y 22 años, afirmaba ser la generación más solitaria.
Para evitar que la soledad se convierta en una enfermedad, los expertos aportan algunas ideas de cosas que están en nuestra mano para sentirnos menos solos, a pesar de nuestras circunstancias.
Aprender a estar solo: No es lo mismo estar solo, que sentirse solo, la diferencia tiene mucho que ver con nuestra actitud. Así, la primera idea que remarca el psicólogo Manuel Antolín es que si bien es importante cultivar las relaciones sociales, no se trata de «correr buscando la compañía de los demás, porque seamos incapaces de estar solos», ni tampoco de mantener relaciones tóxicas con personas que no nos aporten nunca «positividad, alegría y optimismo». Por ello es importante aprender en primer lugar a saber estar bien estando con uno mismo. En este sentido el experto aporta que «algo que puede ayudarte a sentirte mejor en tus momentos de soledad es aprender a meditar». Otra idea es aprovechar más el tiempo que pasamos solos con actividades como «dar un paseo por un lugar agradable, disfrutar de un buen libro, una buena película, etc.»
Tener una mascota: Sentirse acompañado no solo depende estar con otras personas. A veces una mascota aporta mucho más que un compañero de piso que nunca está en casa. Sobre este punto, el psicólogo Miguel Ángel Rizaldos insiste en que una mascota, además, «te obliga a tener una responsabilidad y una rutina, así que ya no puedes quedarte encerrado en tu habitación, tienes que salir a la calle y darle de comer». Evidentemente no acompaña lo mismo un pez que un perro con el que salir a pasear o a correr. De hecho, tener un perro ayuda a conocer gente, puesto que «los dueños de perros inician muchas más conversaciones entre ellos», como aporta el psicólogo. Otra razón que puede animarte es que «el acariciar tu perro durante 20 minutos es suficiente para aumentar en un 10% tus niveles de serotonina, conocida como la hormona de la felicidad», lo que de paso mejora tu estado de ánimo.
Ayudar a otras personas: Si no solo queremos dejar de sentirnos solos, sino también sentirnos mejor con nosotros mismos, otra idea es salir de casa para aprovechar nuestro tiempo ayudando a los demás. De hecho, un estudio publicado por la revista Emotion explicaba que lejos de lo que puede pensarse, «cuando se trata de la búsqueda de la felicidad, la cultura popular fomenta un enfoque en uno mismo», sin embargo «la evidencia sugiere que lo que constantemente hace felices a las personas es centrarse prosocialmente en los demás». En este sentido colaborar en una ONG, hacer algún tipo de voluntariado, colaborar con residencias de ancianos o actividades infantiles, etc., no solo te permitirá conocer gente y trabajar en equipo, sino también ayudará a sentirnos mejor con nosotros mismos.
Apagar el móvil y el ordenador: Tener más de doscientos amigos en Facebook no evita que nos sintamos solos, y es que veces esa soledad tiene que ver precisamente con el aislamiento social que provocan el uso de algunas tecnologías. A este respecto, Manuel Antolín insiste en que «estar todo el tiempo conectado te hará desconectar de ti y de tus relaciones offline». Al fin y al cabo, el objetivo de estas redes sociales es el de «estar conectados con nuestros amigos o incluso para conocer gente nueva», no solo en el mundo on-line, sino también de forma física. En este sentido, dándole una vuelta a la idea, existen aplicaciones no solo para ligar, sino también para entablar amistad. Por ejemplo, Meet Up, que permite apuntarse a actividades con grupos de gente.
Conectar con las personas de tu alrededor: Puede que vivas solo, o incluso que trabajes solo desde casa si eres autónomo, pero a lo largo del día lo cierto es que tienes la oportunidad de interactuar con muchas personas de tu alrededor, aunque quizás no te habías dado cuenta. «Podemos interactuar, aunque sea con el cajero, el portero, el taxista, y no necesariamente tienen que ser conversaciones largas y/o profundas que puedan resultar incómodas», recuerda Miguel Ángel Rizaldos. Así el experto explica que «interacciones sobre temas de actualidad, el tiempo, etc.», son «conversaciones intrascendentes pero que nos hacen tener contacto con los demás».
Recuperar relaciones perdidas: Está claro que hay personas tóxicas de las que es mejor alejarse, pero gran parte de las relaciones que se pierden por le camino solo corresponden a pequeños malentendidos, o incluso una perdida de contacto por dejadez. Así, Kathleen Smith, divulgadora sobre bienestar emociona explica que «a menudo desafío a mis clientes para que retomen el contacto con sus familias». Ejemplos tan sencillos como una llamada semanal con un hermano, o volver a escribirnos de vez en cuando con ese amigo que se fue a vivir al extranjero, ayudan a sentirse más en contacto.
Huir de los pensamientos negativos: Hay personas que realmente se sienten solas, y otras que creen que deben sentirse mal por estar solas. La presión social hace que el ideal de vida sea tener una pareja o una familia, o tener muchos amigos, pero no todo el mundo ha de encontrar su felicidad de la misma manera. Así es esencial no obsesionarse con esos pensamientos negativos. «Desde la psicología sabemos que cuanto más te resistes a un pensamiento, más fuerte se hace. Es como intentar no pensar en un elefante azul: irremediablemente terminas pensando en ese elefante azul», aporta Rizaldos. Así, el experto insiste en que «científicamente esta constatado que cuanto menos luche con tus pensamientos negativos por estar ahí, más rápidamente perderán fuerza. Ya que dejarás de interpretarlos como un peligro contra la que tienes continuamente que luchar».
Asumir que tener amigos no es tan fácil: Las relaciones sociales son difíciles y complejas, y no todo el mundo puede tener «un millón de amigos» como en la canción. Es por ello que hay que valorar a las personas de nuestra vida en su justa medida y no pensar que todos los conocidos se convierten en amigos instantáneos, para no decepcionarnos y sentirnos excluidos. «Lo que hay que recordar en nuestra era de gratificación instantánea es que no se encuentran amigos; en cambio, los amigos se hacen, confeccionados, realmente, con el tiempo» es la opinión de Ellen Hendriksen, psicóloga clínica. Por ello la clave está en buscar actividades en las que coincidamos muchas veces con las mismas personas y no pensar que vamos a encontrar un amigo para toda la vida en una fiesta casual.