Templos megalíticos de Malta

Valor universal excepcional

Breve síntesis

Los templos megalíticos de Malta (Ġgantija, Ħaġar Qim, Mnajdra, Skorba, Ta’ Ħaġrat y Tarxien) son edificios monumentales prehistóricos construidos durante el cuarto y tercer milenio antes de Cristo. Se encuentran entre los edificios de piedra independientes más antiguos del mundo y destacan por su diversidad de formas y decoración. Cada complejo es una obra maestra arquitectónica única y un testimonio de una cultura prehistórica excepcional reconocida por sus notables logros arquitectónicos, artísticos y tecnológicos.

Cada monumento es diferente en planta, articulación y técnica de construcción. Por lo general, se accede a ellos desde un patio elíptico frente a una fachada cóncava. La fachada y los muros interiores están formados por losas de piedra verticales, llamadas ortostatos, rematadas por bloques horizontales. Las hileras horizontales de mampostería que se conservan indican que los monumentos tenían techos con ménsulas, probablemente rematados por vigas horizontales. Este método de construcción era una solución muy sofisticada para su época. Los muros exteriores suelen estar construidos con bloques más grandes colocados alternativamente de cara y de canto, lo que permite unir el muro de forma segura al resto del edificio. El espacio entre el muro exterior y las paredes de las cámaras interiores se rellena con piedras y tierra, uniendo toda la estructura.

Típicamente, la entrada al edificio se encuentra en el centro de la fachada, conduciendo a través de un pasillo monumental a un patio pavimentado. Los interiores de los edificios están formados por cámaras semicirculares que suelen denominarse ábsides, dispuestos simétricamente a ambos lados del eje principal. El número de ábsides varía de un edificio a otro; algunos tienen tres ábsides que se abren desde el patio central, mientras que otros tienen patios sucesivos con cuatro, cinco y, en un caso, incluso seis ábsides.

Los constructores de templos utilizaron la piedra disponible localmente, de la que tenían un profundo conocimiento. Utilizaron la dura piedra caliza coralina para los muros exteriores y la piedra caliza globigerina, más blanda, para los interiores más protegidos y los elementos decorados.

Los elementos decorados que se encuentran dentro de los edificios son testimonio de un alto nivel de artesanía. Estos elementos consisten principalmente en paneles decorados con agujeros perforados y paneles en bajorrelieve que representan motivos en espiral, árboles, plantas y diversos animales. La forma y disposición de estos edificios, así como los artefactos encontrados en su interior, sugieren que fueron un importante foco ritual de una sociedad altamente organizada.

Criterio (iv): Los Templos Megalíticos de Malta son notables no sólo por su originalidad, complejidad y llamativas proporciones masivas, sino también por la considerable habilidad técnica requerida en su construcción.

Integridad

Los seis componentes del bien se encuentran en un estado de conservación razonablemente bueno, aunque el complejo de Tarxien está menos conservado que los demás. Todos sus atributos clave se encuentran dentro de los límites de la propiedad. Los vestigios que se conservan atestiguan las técnicas utilizadas en la construcción de estas complejas estructuras, así como los conocimientos y la habilidad de las personas que las construyeron. Sin embargo, las estructuras son vulnerables al deterioro tanto material como estructural, por lo que se sigue investigando para identificar estrategias de preservación de los edificios.

Autenticidad

Los seis componentes del bien tienen un alto nivel de autenticidad. Consisten en restos bien conservados de templos megalíticos, con evidencias de diferentes fases de construcción en la Antigüedad. Los componentes han sido registrados en relatos de viajes desde la Edad Moderna, mientras que los registros fotográficos de algunos componentes se remontan a principios del siglo XX. Desde su excavación se han llevado a cabo varias intervenciones de restauración en cinco de los seis componentes. Entre ellas, el traslado de los bloques decorados al interior para protegerlos de la intemperie y el recubrimiento de los bloques supervivientes con cemento. Las actuales intervenciones de conservación se rigen por normas, directrices y cartas internacionales.

Requisitos de protección y gestión

Los seis templos están sujetos al principal instrumento legal para la protección de los recursos del patrimonio cultural en Malta, la Ley del Patrimonio Cultural (2002). Esta ley prevé y regula los organismos nacionales de protección y gestión de los recursos del patrimonio cultural.

El desarrollo de edificios y el uso del suelo están regulados por la Ley de Medio Ambiente y Planificación del Desarrollo (2010) y sus modificaciones posteriores), que prevé y regula la Autoridad de Medio Ambiente y Planificación de Malta. Dado que el uso del suelo es una cuestión muy controvertida en las islas maltesas, la salvaguarda de los templos megalíticos y su zona de amortiguación mediante una cuidadosa regulación del desarrollo de la construcción es, por tanto, una cuestión de interés fundamental.

Cada templo está protegido por una zona de amortiguación. Los componentes y sus zonas de amortiguación están catalogados formalmente por la Autoridad de Planificación y Medio Ambiente de Malta como sitios arqueológicos de grado A, lo que significa que están sujetos a amplias restricciones de construcción. La aplicación de estas restricciones varía según el contexto local. Un reto importante es establecer un control más riguroso destinado a mitigar el impacto visual causado por el desarrollo de la construcción en las proximidades de las zonas de amortiguación.

Se ha elaborado un Plan de Gestión para los bienes inscritos, que abarca cada templo y su zona de amortiguación.

La conservación física de los Templos Megalíticos es un área de preocupación y es objeto del Plan de Conservación 2006-2011, que estableció los principios generales. Los yacimientos fueron excavados a lo largo de los siglos XIX y XX, quedando expuestos a la erosión por causas naturales y humanas. Los refugios de protección son actualmente el medio más prudente y eficaz para frenar los procesos de deterioro que están erosionando los monumentos. Se han implementado cubiertas protectoras ligeras y desmontables como estrategia provisional para prolongar la vida de estos edificios, mientras se sigue investigando para identificar estrategias alternativas de conservación a largo plazo.

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