Todas las historias tienen tres caras

La tuya, la de ellos y la verdad

Aman

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3 de febrero, 2019 – 2 min read

El otro día, alguien me dijo algo muy sabio: hay tres lados en cada historia, tu lado, el lado de la otra persona y lo que realmente sucedió.

Independientemente de lo agraviado que te sientas, probablemente la otra persona también se sienta exactamente igual.

Ya no intento ganar una pelea porque es inútil.

Ya no me importa lo que piensen de mí, porque por mucho que se empeñen en creer su versión de la historia, eso es simplemente su versión de la historia.

También intento no sostener mi versión como el todo, el fin de todo.

Francamente, no me podría importar menos si alguien piensa que tengo razón o no. Lo que los demás piensen de mí no es de mi incumbencia y sigo martilleando este lema en mi mente.

Independientemente de lo blanco o negro que pueda parecer la situación, las dos personas que estaban en la situación ven el gris, así que ya no lucho contra ello.

Todo el mundo habla de todos a sus espaldas. Todo el mundo quiere ser el correcto en una discusión. Todo el mundo quiere ser la víctima de la guerra, no el atacante.

Independientemente, me he dado cuenta de que preocuparme por tener la razón no hace absolutamente nada.

No puedo molestarme en perder ni un segundo más de mi vida preocupándome por lo que piense de mí la gente que no me importa.

Como toda historia tiene tres caras y mi realidad siempre vivirá en el gris, me rindo.

Renuncio a intentar demostrar que tengo razón, o que tengo la respuesta. Renuncio a intentar cambiar la opinión que alguien tiene de mí o de lo que cree que le hice y/o por qué.

Simplemente intento vivir, lo mejor que puedo, con entusiasmo y celo por el potencial de cada día.

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