Se podría pensar razonablemente que el pájaro más caro jamás comprado era algo exótico y raro, como esa cosa de Up o el modelo de vida de Tucán Sam. Esa es la trampa en la que cayeron aquellos turbios tipos de Sígueme el rollo, y se fueron sin más remedio que un prontuario y el desafortunado legado de ser los únicos personajes de Barrio Sésamo detenidos ante las cámaras.
En realidad, resulta que les habría ido mejor pasando cuarenta y cinco minutos bajo un paso elevado con un pan de aceitunas rancio y una red de mariposas.
El ave más cara jamás vendida fue, y esto es peculiar, una paloma. Sí, una paloma: los vagabundos que pican del reino animal. Según la CNN, en marzo de 2019, un financiero chino llamado Xing Wei batió todos los récords al comprar una paloma de carreras belga llamada Armando por 1,4 millones de dólares. Armando fue promocionado como la mejor paloma de carreras de larga distancia, como, nunca, lo que probablemente parecía condenar con débiles elogios hasta que alguien ofreció siete cifras por él.
Probablemente haya una lección aquí sobre cómo se puede encontrar valor hasta en el más humilde de los lugares, pero si eres como nosotros, te está costando oírla por encima del estruendoso arrullo de las 800 ratas emplumadas que acabas de atraer a tu casa con la esperanza de que un excéntrico hombre de negocios pague algún día tu nuevo Tesla Cybertruck.