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La evidencia de fósiles, glaciares y costas complementarias ayuda a revelar cómo las placas alguna vez encajaron.
Los continentes modernos guardan pistas sobre su pasado lejano. Las pruebas de los fósiles, los glaciares y las costas complementarias ayudan a revelar cómo encajaron las placas en el pasado.
Los fósiles nos dicen cuándo y dónde existieron las plantas y los animales. Algunos seres vivos «cabalgaron» sobre las placas divergentes, quedaron aislados y evolucionaron en nuevas especies. Otros seres vivos se dispersaron a nuevas zonas cuando los continentes volvieron a conectarse, los océanos se estrecharon o se formaron cadenas de islas volcánicas. El hallazgo de fósiles idénticos o similares en zonas separadas por grandes distancias fue uno de los primeros indicios que los científicos utilizaron para reconstruir el movimiento de las placas en el pasado. Esta distribución de fósiles condujo a la teoría de que los continentes meridionales estuvieron unidos en una ocasión en un supercontinente llamado Gondwana.
Formación geológica similar en diferentes continentes muestra conexiones terrestres históricas. Las montañas de la Antártida son una extensión de los Andes de Sudamérica. Si los continentes del hemisferio sur se volvieran a unir en una sola masa terrestre, los restos glaciares de África y la India se volverían a alinear.