Guadalupe (nombre)

Guadalupe es un nombre de pila unisex en lengua española.

El nombre designaba inicialmente al río Guadalupe en la provincia de Extremadura, España. Véase el artículo sobre el río para conocer las hipótesis sobre el origen del nombre.

El nombre se hizo famoso a raíz de una aparición mariana del siglo XIV y del lugar de peregrinación asociado, situado en una localidad llamada Guadalupe, cerca del nacimiento del río Guadalupe. La aparición, y la estatua asociada a ella, se conoció originalmente como «Nuestra Señora de Guadalupe» y ahora se conoce como «Nuestra Señora de Guadalupe, Extremadura» o «Nuestra Señora de Extremadura».

Dos siglos más tarde, el nombre ganó fama adicional por asociación con otra aparición mariana en México asociada con el nombre de Guadalupe. La aparición y la imagen que hizo famosa se conocieron como Nuestra Señora de Guadalupe.

La Guadalupe mexicana suplantó a su original española tanto en nombre como en fama. Hay quienes sostienen que la «Guadalupe» mexicana es en realidad una corrupción de una palabra de la lengua nativa náhuatl. Sin embargo, es bastante seguro que el nombre mexicano «Guadalupe», como título de la Virgen María, deriva de hecho del topónimo español, probablemente por alguna asociación de la Virgen con el culto de Nuestra Señora de Guadalupe, Extremadura, que habría sido fuerte en la época de la Conquista española de México, y que reclamaba su propia aparición, santuario y peregrinación. El uso del nombre en relación con la aparición mariana en México ha dado lugar a cierta controversia sobre su origen y significado. La similitud del nombre con diversas palabras y frases en náhuatl ha dado lugar a varias hipótesis de que «Guadalupe» era una corrupción de estas frases en náhuatl, con la idea de que a los españoles del siglo XVI en México les resultaba difícil pronunciar el náhuatl. Entre estas frases náhuatl se encuentran Coatlaxopeuh («La (mujer) que vence a la serpiente», interpretada como una referencia a la serpiente-diablo del libro del Génesis); Tequatlanopeuh («la que tiene su origen en la cima rocosa»), y Tequantlaxopeuh («La que destierra a los que nos devoraron»). El primero en sugerir la teoría de la corrupción del nombre fue Bercera Tanco, en 1675. Sin embargo, todos los manuscritos de los primeros 150 años posteriores a la aparición utilizan el nombre de «Guadalupe», incluido el texto original en náhuatl, lo que lleva a los estudiosos a concluir que el tiempo no proporciona «ninguna prueba histórica que indique que la Virgen se llamaba con alguno de los nombres propuestos». De hecho, los relatos de la respuesta de los españoles al relato de las apariciones muestran que fueron los nativos mexicanos quienes insistieron en utilizar el nombre de «Guadalupe» para María. Varios españoles habían instado a que se abandonara «Guadalupe» por un nombre náhuatl, como Tepeaquilla o Tepeaca.

Hoy en día, el nombre «Guadalupe» es relativamente común en los países hispanos, especialmente en México, donde puede ser tanto un nombre personal como un topónimo. Como nombre personal, puede darse tanto a niños como a niñas. Ejemplos notables de hombres llamados Guadalupe son Guadalupe Victoria, el primer presidente de México, y Guadalupe Acosta Naranjo, un político mexicano.

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