Ahora «Misterios sin resolver» está de vuelta, y también el inquietante gusano auditivo de un tema que Malkin escribió con Michael Boyd hace más de 30 años.
Una reposición de la serie de larga duración -que se emitió en la televisión durante más de una década y que exploraba misterios de todo tipo, desde muertes inexplicables y abducciones alienígenas hasta, um, la combustión humana espontánea y el chupacabras- aterrizó esta semana en Netflix.
Aunque el reinicio ha sido renovado para adaptarse al gusto contemporáneo en la narración de documentales, una versión actualizada del tema original suena en los créditos iniciales. La canción es uno de los pocos elementos distintivos del original que se mantiene en la reposición de Netflix, pero hay una buena razón para que se haya incluido.
Aún existe un grupo de Facebook dedicado a la singular capacidad de la canción para provocar una reacción visceral en los oyentes. Y la cocreadora de la serie, Terry Meurer, dice que, a lo largo de los años, ha escuchado más sobre el tema musical que sobre cualquier otro elemento del programa, incluso la escalofriante narración del presentador Robert Stack. «El tema es algo que todo el mundo comenta, el que más, probablemente».
Malkin ve «justicia divina» en el hecho de que su música aterrorizara a tantos niños. Cuando crecía a principios de los años 60, las notas iniciales de la canción principal de «Perry Mason» lo asustaron de manera similar. «Me daba un susto de muerte. Empezaba a gritar: ‘¡No me metas en la cama! Hay alguien debajo de mi cama!», dice.
Como joven compositor, dos décadas más tarde, Malkin se curtió trabajando en la partitura fuertemente sintetizada de «5 American Guns», un especial sobre la violencia con armas de fuego que Meurer y su socio, John Cosgrove, realizaron para HBO en 1983. Los productores utilizaron a personas que no eran actores para recrear hechos reales -lo que entonces era una novedad en la televisión- y Malkin ayudaba a componer música con lo que él llama «una sensación de estar allí» para acompañar las recreaciones.
Malkin y Boyd compusieron la partitura de la película de breakdance «Breakin'», y su sueño era convertirse en el próximo John Williams. Abordaba los documentales de crímenes reales como si fueran largometrajes. «A menudo no se cuenta con buenos actores, así que hay que tener algo que haga sentir más a la gente, para compensar la falta de actuación real y de un guión serio», dice.
El tema de «Misterios sin resolver» no es «arte elevado», dice Malkin, «pero creo que por eso funcionó. Son bloques de construcción muy sencillos con sonidos realmente fantásticos».
El intervalo del diablo
Él y Boyd idearon los elementos básicos de la composición en unas pocas horas. «Nunca soñamos ni supimos que ‘Misterios sin resolver’ se convertiría en un programa de televisión de los 10 mejores»
Todo comenzó con el ostinato -la figura rítmica repetitiva que da a la canción su sensación de amenaza urgente e ineludible- que recuerda haber martillado en un piano. Luego añadió la línea de bajo «muy aterradora».
La canción también se basa en un intervalo llamado tritono. (Es, como dice Malkin, «una extravagancia exponencial de tritonos».»)
También conocido como intervalo del diablo o diabolus in musica, el tritono es una combinación disonante de tonos que crea una sensación de tensión, ambigüedad e inestabilidad, dice Neil Lerner, musicólogo que estudia la música en el cine y la televisión y enseña en el Davidson College. Durante la Edad Media y el Renacimiento, la música religiosa rara vez utilizaba el tritono porque creaba una sensación de inquietud e irresolución más que de majestuosidad o sobrecogimiento.
Magia del sintetizador
«La verdadera magia del tema ocurrió cuando entramos en el estudio», dice Malkin.
Boyd, su compañero de composición, «tenía un sentido fenomenal de lo que estaba de moda y era contemporáneo». Y en aquella época -alrededor de 1987- nada estaba más de moda que el sintetizador.
Trabajaron con un sintetizador llamado Charles Judge, que «le dio vida a todo con estas curvas de tono barridas y deslizantes» que daban como resultado un sonido ululante, como de sirena, y un efecto escalofriante. «Cogió el pitch bender y golpeó todas las notas de una manera tan espeluznante. Era como la forma en que el color blanco tiene todos los colores del arco iris».
El tema también tiene un «sonido de batería asesino» que Malkin compara con un disparo o una explosión, lo que, según él, aumenta la tensión.
Ni siquiera Malkin era inmune a los poderes del tema «Misterios sin resolver». Recuerda que después de pasar semanas con la partitura completa del programa, viendo miles de veces las recreaciones de asesinatos y secuestros, se fue de acampada al monte Shasta y se vio acosado por la canción. «No podía quitármela de la cabeza. Estuve destrozado durante semanas. Tenía horribles pesadillas».
La conexión con ‘Halloween’
Lerner ve sorprendentes similitudes entre el tema de «Misterios sin resolver» y la música característica de las películas de terror de los años 70 y 80, como «El exorcista», «Pesadilla en Elm Street» y, especialmente, «Halloween».»
«La música de ‘Misterios sin resolver’ tiene la repetición» del siniestro tema de «Halloween», que fue compuesto por John Carpenter, dice en una llamada de Zoom, reproduciendo las canciones una tras otra para compararlas. «Ese zumbido y la repetición es parte de lo que lo hace siniestro. Parece impermeable a moverse a cualquier parte, y cuando se mueve, lo hace a lugares realmente inesperados, que es lo que hace el tema de ‘Halloween’.»
«La forma en que el tema de ‘Halloween’ funciona también es que tienes esa línea repetitiva y muy simple en la parte superior y luego la parte del bajo que se mueve lentamente, y tienes lo mismo que ocurre en ‘Unsolved Mysteries’: la parte del bajo se arrastra lentamente hacia arriba y hacia abajo mientras que la parte superior sigue sin cambiar, haciendo esa misma cosa, zumbando», dice. «Establece una especie de inevitabilidad, eso también forma parte de ella. El espectáculo se basa en el miedo».
Al igual que «Misterios sin resolver», la partitura original de «Halloween» estaba muy sintetizada, añade Lerner. «Los sintetizadores son cada vez más asequibles en los años 70, así que a finales de los 70 y en los 80, las películas tendían a hacerlo, especialmente las de terror, ya que era mucho más barato que contratar a una orquesta y a músicos en directo.»
Malkin ve similitudes entre el tema de «Misterios sin resolver» y el icónico tema musical de «La dimensión desconocida», que se estrenó en 1959. «Yo era un gran fan de esa serie. Diría que en algún lugar del ADN de mi conciencia no se puede separar como influencia»
La vida después de ‘Misterios’
Malkin siguió colaborando con Cosgrove-Meurer Productions hasta principios de la década de 2000, creando toda una biblioteca de pistas musicales espeluznantes para «Misterios sin resolver». Aunque no trabajó en el reinicio -la música de la serie de Netflix fue compuesta por West Dylan Thordson, que también arregló el tema-, la música de Malkin sigue encontrando nuevos fans.
Dos recopilaciones de música de «Misterios sin resolver» han sido editadas en vinilo. («El tema musical y sus variaciones podrían ser la canción más reconocible y espeluznante de la historia de la televisión. A decir verdad, la música es mucho mejor que la mayoría de las partituras de las películas», dice Ryan Graveface, propietario de Graveface Records, que recuerda con cariño haber visto la serie mientras estaba solo en casa y comiendo pizza de pan francés cuando tenía 7 años).
Malkin, que vive en Sausalito, dejó de componer partituras a tiempo completo tras un accidente hace 20 años y creó una empresa llamada Wisdom of the World, centrada en «las formas en que la música puede apoyar a las personas en las transiciones de la vida». Dice que lo más conocido por estos días es un libro y un conjunto de CDs llamado «Graceful Passages», diseñado para «ayudar a la gente a aceptar la mortalidad.»
«He cambiado completamente mi enfoque de ‘Misterios sin resolver’, el programa de televisión», dice, «a los verdaderos misterios sin resolver de nuestras vidas: la muerte y la pérdida».