Se cree que The Big Tree es el roble más antiguo de Texas, con estimaciones que oscilan entre los 1.000 y los 2.000 años de antigüedad, y que ocupa un lugar especial, protegido por una valla de madera, en el tramo más septentrional del Parque Estatal de Goose Island, en el condado de Aransas.
El enorme tronco tiene una circunferencia bulbosa de más de 35 pies y una altura de 44 pies. Dicho de otro modo, ni siquiera habría que hacer zoom para ver las imágenes de satélite de sus ramas, que se extienden un poco más allá del perímetro de la valla, haciendo que los vehículos aparcados en las proximidades parezcan del tamaño de un juguete en comparación.
A pesar de su impresionante tamaño, el Gran Árbol ya no se considera el roble vivo más grande de Texas, sin embargo, un árbol aún más grande en el condado de Brazoria suplantó ese título en 2003.
El milenario Big Tree tiene una rica historia. Ha sido testigo de ceremonias de los nativos americanos Karankawa, de piratas, de ahorcamientos, de huracanes en la Costa del Golfo, de las seis banderas de Texas, del bombardeo de la cercana ciudad de Lamar por parte de la Armada de la Unión durante la Guerra de Secesión, y de las muchas generaciones de humanos que se han subido a él por tradición, especialmente una vez que su notoriedad como el árbol más grande de Texas comenzó a extenderse en la década de 1960, después de que el Servicio Forestal de Texas lo coronara como el roble vivo campeón del estado en 1966.
Dada su ahora gigantesca estatura y su comprensible condición geriátrica, el árbol ha recibido su cuota de tierno amor y cuidado a lo largo de los años en forma de una valla perimetral especialmente construida (y recientemente reconstruida) para evitar que los humanos trepen por sus ramas apoyadas en abrazaderas y protegidas con pararrayos, y que pisoteen el suelo por encima de su enorme estructura radicular, que es regularmente aireada y regada por el personal del parque, expertos arborícolas y voluntarios. Durante los veranos de 2009 y 2011, marcados por la sequía, incluso el Departamento de Bomberos Voluntarios de Lamar colaboró, pasando 12 días rociando 13.000 galones de agua en el sediento Gran Árbol.
Y si alguna vez has querido oír hablar a un árbol, éste tiene múltiples voces en primera persona que van de lo hosco a lo surrealista en forma de placa poética cercana: «…Durante la mayor parte de mi vida sólo me pertenecí a mí mismo. Ahora te pertenezco a ti, o eso me han dicho. ¡Humpf! Rompedores de ramas y pisoteadores de raíces todos vosotros…»
Poesía aparte, el Gran Árbol es un espectáculo que merece la pena contemplar, pero no saltes la valla ni toques el árbol. La policía del parque estatal de Texas detendrá a los rompedores de ramas y a los pisoteadores de raíces en el acto.