Sarcoidosis ocular – Sarcoidosis News

La sarcoidosis es una enfermedad inflamatoria crónica que puede afectar a uno o más órganos y tejidos de todo el cuerpo. Se caracteriza por la presencia de grupos de células inmunitarias inflamatorias, denominadas granulomas, que se acumulan en los tejidos y órganos afectados. Esto provoca una mayor inflamación, con una hinchazón que provoca daños en los tejidos e impide que los órganos funcionen como deberían.

En alrededor del 50 por ciento de los casos de sarcoidosis, la enfermedad afecta a los ojos y se denomina sarcoidosis ocular. La neurosarcoidosis, en la que la enfermedad afecta al sistema nervioso, también puede afectar a la visión al dañar el nervio óptico.

¿Qué es la sarcoidosis ocular?

La sarcoidosis ocular puede causar inflamación y daños en cualquier parte del ojo, debido a la acumulación de granulomas. La uveítis es el tipo más común de afectación ocular en la sarcoidosis. Pero se conocen otras complicaciones, entre ellas:

  • Inflamación de las glándulas lagrimales, o glándulas productoras de lágrimas
  • Enfermedad orbital, o inflamación de los músculos, nervios y vasos sanguíneos que rodean el ojo
  • Cambios en el párpado y la superficie ocular, incluyendo un engrosamiento del párpado y la formación de nódulos causados por la acumulación de granulomas en la conjuntiva, la membrana que cubre el ojo y recubre el párpado

Uveítis

Una de las complicaciones más comunes de la sarcoidosis ocular es la uveítis, la inflamación de la capa media del ojo, o la úvea. La úvea incluye el iris, el cuerpo ciliar (que controla la forma del cristalino) y la coroides (los vasos sanguíneos del ojo). La uveítis también puede afectar a las zonas circundantes, como el cristalino, la retina, el nervio óptico y el vítreo (el espacio lleno de líquido del interior del ojo).

La uveítis puede ser:

  • Anterior, que afecta sólo a la parte delantera del ojo, como el iris
  • Intermedia, que afecta principalmente al vítreo
  • Posterior, que afecta a la parte posterior del ojo, como la retina y la coroides
  • Afecta a la mayoría o a todas las zonas del ojo simultáneamente, y se denomina panuveítis

La uveítis anterior es la forma más común de uveítis en la sarcoidosis ocular, pero no la única. La uveítis puede ser aguda, cuando se desarrolla repentinamente durante un tiempo limitado, o crónica, con episodios repetidos de empeoramiento -por ejemplo, un brote una vez finalizado el tratamiento, tras un período de inactividad.

La uveítis puede dar lugar a complicaciones como el glaucoma (aumento de la presión en el ojo, debido a la inflamación) o las cataratas (cuando el cristalino se nubla).

Síntomas de la sarcoidosis ocular

Los síntomas comunes de la sarcoidosis ocular incluyen visión borrosa o pérdida de visión, sensibilidad a la luz (fotofobia), moscas volantes (puntos o líneas negras en la visión), sequedad o picor de ojos, ojos rojos, sensación de ardor en los ojos o dolor en los ojos. Estos síntomas pueden preceder o aparecer junto a otros síntomas comunes de la sarcoidosis.

Diagnóstico de la sarcoidosis ocular

El diagnóstico de la sarcoidosis ocular puede ser complejo, y puede ser necesario realizar múltiples pruebas para descartar otras enfermedades.

Si un paciente tiene un diagnóstico de sarcoidosis y también muestra síntomas oculares, entonces es probable que se trate de una sarcoidosis ocular.

El diagnóstico normalmente implicará un examen ocular, ya que hay varias características que suelen estar presentes en la sarcoidosis ocular. Entre ellas se incluyen nódulos en la conjuntiva y el iris, grupos de células denominados precipitados queráticos de grasa de cordero (KP) en el ojo, o manchas opacas también conocidas como «bolas de nieve» en el vítreo.

Puede utilizarse una prueba ocular denominada prueba de Schirmer para confirmar la presencia de inflamación en el ojo, especialmente en las glándulas lagrimales. Consiste en acercar un trozo de papel secante al ojo para comprobar si hay una reducción de la humedad y de la producción de lágrimas.

Si hay nódulos en la conjuntiva, se puede tomar una pequeña muestra (biopsia) de ellos para analizarla, ya que esto puede ayudar a diagnosticar la sarcoidosis ocular.

Tratamiento de la sarcoidosis ocular

Actualmente no hay cura para la sarcoidosis ocular, pero existen tratamientos para controlar la inflamación y aliviar los síntomas.

La uveítis anterior leve puede tratarse con colirios que contengan corticosteroides, como la prednisona o el Durezol (difluprednate), para reducir la inflamación. También pueden ayudar a controlar la inflamación de las glándulas lagrimales y de la órbita. Los medicamentos denominados ciclopléjicos tópicos, como el ciclopentolato o la atropina, actúan para dilatar la pupila y evitar los espasmos musculares, y pueden administrarse junto con los corticosteroides para reducir el dolor.

Las uveítis anteriores más graves y las intermedias, posteriores y panuveítis pueden tratarse con esteroides sistémicos, que pueden administrarse por vía oral, mediante una inyección en el ojo o, en raras ocasiones, a través de una cápsula de liberación prolongada implantada en el ojo. Esto puede ir acompañado de otras terapias para suprimir el sistema inmunitario, ya que éstas pueden reducir la acumulación de granulomas.

Los pacientes que no toleran o no responden a los corticosteroides también pueden recibir medicamentos que suprimen el sistema inmunitario y reducen la inflamación. Sin embargo, pueden dejar al paciente vulnerable a la infección. Algunos ejemplos son el metotrexato, CellCept (micofenolato mofetilo), Imuran (azatioprina) y ciclosporina.

Si se han desarrollado cataratas, puede ser necesaria la cirugía una vez que se haya controlado la inflamación.

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