¿Puede la meditación contra el dolor proporcionar cierto alivio?

Lo que dice la ciencia sobre la meditación para el alivio del dolor

Uno de los muchos beneficios de la meditación respaldados por la ciencia es que puede cambiar la forma de su cerebro, un proceso conocido como neuroplasticidad. En concreto, meditar con regularidad aumenta tanto el grosor cortical (el área del cerebro responsable del aprendizaje y la memoria), como la materia gris (el área responsable de la regulación emocional, la planificación y la resolución de problemas). Entonces, ¿cómo afecta esto a cómo gestionamos el dolor?

El aumento del grosor cortical y de la materia gris puede, de hecho, reducir la sensibilidad al dolor, según un pequeño estudio de meditadores del Departamento de Neurociencia de la Universidad de Montreal. Además, una revisión de la investigación sobre el tema descubrió que las intervenciones basadas en la atención plena disminuyeron significativamente la intensidad del dolor en el 62,5 por ciento de los 16 estudios.

Tal vez sea aún más convincente la investigación que demuestra que las mejoras experimentadas a través de la meditación sobre el dolor se mantienen en el tiempo, especialmente en comparación con otras técnicas de control del dolor. A principios de la década de 1980, Jon Kabat-Zin y su equipo de investigación descubrieron que las personas que sufrían dolor crónico y utilizaban técnicas de mindfulness no sólo experimentaban mejoras físicas y psicológicas inmediatas, sino que seguían experimentando estas mejoras hasta 15 meses después.

Un estudio más reciente de 2005 comparó los efectos de las técnicas de mindfulness y de la terapia de masajes en el dolor crónico. Las personas que utilizaron técnicas de mindfulness para el dolor no experimentaron un cambio en los síntomas de forma inmediata, sin embargo, en un seguimiento de 12 semanas, informaron de mejoras psicológicas significativas. Por otra parte, los participantes que utilizaron la terapia de masaje informaron de una reducción significativa inmediata del dolor, pero ésta no se mantuvo durante el seguimiento.

Y, un estudio de 2016 encontró resultados similares: los adultos que tenían dolor lumbar crónico y utilizaron técnicas de mindfulness tuvieron una mayor mejora en la limitación funcional y el dolor de espalda a las 26 y 52 semanas, en comparación con los que recibieron la atención habitual.

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