La Suma Teológica de Tomás de Aquino, escrita hacia 1270, incluye la discusión de varias preguntas relativas a los ángeles, tales como: «¿Pueden estar varios ángeles en el mismo lugar?». Sin embargo, se ha debatido la idea de que tales preguntas tuvieran un lugar destacado en la erudición medieval, y no se ha demostrado que esta pregunta en particular fuera discutida. Una de las teorías es que se trata de una invención de principios de la Edad Moderna, utilizada para desacreditar la filosofía escolástica en una época en la que ésta aún desempeñaba un papel importante en la educación universitaria. James Franklin ha planteado la cuestión académica y menciona que hay una referencia en el siglo XVII en la obra Religión de los protestantes de William Chillingworth (1637), donde acusa a los escolásticos anónimos de debatir «si un millón de ángeles no caben en la punta de una aguja», lo que es anterior a una referencia en el libro de 1678 The True Intellectual System Of The Universe de Ralph Cudworth. Helen S. Lang, autora de Aristotle’s Physics and its Medieval Varieties (1992), dice (p. 284):
La cuestión de cuántos ángeles pueden bailar en la punta de una aguja, o en la cabeza de un alfiler, se atribuye a menudo a ‘escritores medievales tardíos’…. De hecho, la pregunta nunca se ha encontrado en esta forma…
Peter Harrison (2016) ha sugerido que la primera referencia a los ángeles que bailan en la punta de una aguja ocurre en una obra expositiva del divino inglés William Sclater (1575-1626). En An exposition with notes upon the first Epistle to the Thessalonians (1619), Sclater afirmaba que los filósofos escolásticos se ocupaban de cuestiones tan inútiles como si los ángeles «ocupaban un lugar; y así, si muchos podían estar en un lugar a la vez; y cuántos podían sentarse en la punta de una aguja; y seiscientos puntos de aguja similares». Harrison propone que la razón por la que un escritor inglés introdujo por primera vez la «punta de aguja» en una crítica de la angelología medieval es que constituye un ingenioso juego de palabras con «punta de aguja».
Una carta escrita a The Times en 1975 identificó un paralelo cercano en un texto místico del siglo XIV, el Swester Katrei. Sin embargo, la referencia es a almas sentadas en una aguja: tusent selen siczen in dem himelrich uff einer nadel spicz – «en el cielo mil almas pueden sentarse en la punta de una aguja».
Otras posibilidades son que se trate de una parodia o autoparodia superviviente, o de un tema de entrenamiento en el debate.
En italiano, francés, español y portugués, el enigma de los debates académicos inútiles está vinculado a una pregunta similar sobre si los ángeles no tienen sexo o tienen un sexo.